En la mayoría de las teorías macroeconómicas, la relación entre la demanda por dinero y sus determinantes es un elemento fundamental. Adicionalmente, la demanda por dinero es un componente crítico en la formulación de la política monetaria y su estabilidad ha sido percibida como un prerequisito para el uso d agregados monetarios en la conducción de esta política. Este hecho ha motivado la elaboración de numerosos trabajos empíricos sobre la demanda por dinero en todos los países.
Entre los más recientes para el caso boliviano, tanto en el trabajo de Humerez-Rojas (1996) como en el de Orellana (1998) se utilizaron modelos de ajustes parcial para la estimación de la demanda por dinero. Esta metodología era muy popular en los años 1970s, sin embargo adolecía de problemas de especificación y se mostraba muy restrictivo en la formulación dinámica.